MOTEROS Y MOTORISTAS. MODA O PASIÓN

Tras unos días festivos, con la neurona relajada y los dedos ávidos de contar, vaya esta reflexión, solo entendible en cuanto que es directamente proporcional a la fascinación motera de sus lectores.

Moteros o motoristas, moda o pasión.
 
Muchas son las etapas que va quemando una vida, pero lo que somos y hacia donde tendemos, lo llevamos tatuado en la frente y en el corazón desde pequeños.

Las leyendas que surgen entorno a nuestra pasión motera son cuando menos dignas de estudio, así pues para muestra un manojo de ejemplos.

Recuerdo hace una treintena de años el rugir de escapes libres, sin normas antipolucion y sin obligación de casco en nuestras comarcales carreteras, aquellos locos incondicionales de las sensaciones, con auténticos hierros bajo su cuerpo, sin apenas indumentaria especifica y sin mas aliento que la libertad que produce el viento en el rostro.

La individualidad primaba y las sensaciones eran únicas sin colectivismos, sensaciones en su pura esencia, rebeldes sin causa.

Eran tiempos “raros” y las modas pasaban por ansiar un vehículo bavaro, tener un “chalete”, trabajar duro y que al llegar a casa estuviera como una patena, lo “in” era estudiar periodismo, magisterio y medicina, y todo lo relacionado con los ordenadores era de locos, como locos a ojos de los demás, eran los que osaban rutear a lomos de una moto.

Símbolos como las ráfagas y las Vss eran una religión y desde fuera se nos tildaba de rara secta impermeable. Recordareis cuando lo mas buscado eran las marcas en nuestro vestuario y la sana o insana envidia al observar a sus propietarios, o los viajes de boda que llevaban implícito el cache de los contrayentes, ufffffffff aquellos viajes de fin de curso en autocar a Torremolinos........... tantas y tantas cosas de no hace tanto tiempo.................

Y siempre lo mismo, alcanzar lo que tiene el vecino, aborreciendo lo nuestro al poco tiempo, quizás carácter mediterráneo, quizás tontería supina, quizás evolución.


Pero sin duda, es que aunque........ la mona se vista de seda.........................
 
En la actualidad, los volátiles “new free spirits” nacidos a la sombra de moteros, son como aquellos fundamentalistas renegados en la cristiandad, que dándose golpes en el pecho se apuntaban a un carro por el simple hecho de pertenecer al grupo de moda de su tiempo.

Tras la transición motera, con auge de medios, evolución en las maquinas, indumentarias, y sobre todo de mentalidad, apenas poco o nada queda de motero y si mucho de motorista.

Antes cualquier moto servia para todo, había dos fabricantes de neumáticos y eran lentejas, una montura no parecía una roulot de dos ruedas, las orientación en ruta pasaba por perderse, que era donde radicaba la aventura, y así un largo etcétera.

Sin duda las modas son cíclicas, pero influenciadas por la evolución.

Bueno es poner la evolución al servicio de la seguridad, de la comodidad y hacer llegar al profano sensaciones prohibidas hasta entonces, pero de eso a que el profano y recién nacido quiera llevar gasolina en sus venas hay varios mundos.
 
Muy fácil es que por avatares de la vida el motero evolucione a motorista, racionalice su ímpetu y se vea obligado a ver de lejos “los buenos tiempos”, pero igual de cierto es la imposibilidad de lo contrario.

No hace mucho, un deporte no “in”, tan solo por un loco bajito llamado Juan A.Corbalan desmeleno pasiones y despliegue de medios en este santo país, en nuestros días y extrapolado hay varios ejemplos como Alonso y la Formula 1, o el quiero y no puedo de los Nieto, Gibernau y compañía.
 
Y me pregunto mas que preocupado, ¨Que tendrá que ver un apasionado desde pequeño a las motos con un profano con carnet B1 que intenta llegar al trabajo diario en una gran urbe­­, cuya indumentaria es ridícula y los riesgos son enormes.

Lo malo es que la moto tiene muchas ventajas y entra el gusanillo y el profano vuelve a sus sueños de  juventud y opta por sacarse el carnet de moto y entonces..........

Entonces estamos ante una bomba de relojería sobre dos ruedas, mientras los seguros se disparan y los concesionarios se frotan las manos ante la mas que probable demanda de nuevos motoristas que para nada moteros.

Y luego nos echamos las manos a la cabeza, todo por la peculiar forma de querer poner remiendos absurdos sin la formación necesaria.
 
Y llegamos al nuestro, sector mal mirado por los moteros como bidet con dos ruedas y pijos tiquismiquis de culo cuadrado sobre sofás rodantes. La reputación nos precede, maquinas de precios estratosféricos, mantenimiento desorbitado y cuya fama ya nos encargamos nosotros de acrecentar bajo el halo de presumir de lo impresumible.

El que sabe lo que lleva bajo sus posaderas sabe de sobra que la apoplejía supuesta trasforma el armario de tres cuerpos en una maquina para todo, capaz de largos viajes rivalizando con marcas de prestigio o de triturar a mas de un quemado curveando.
 
Porque en el sector megascootero mas que nunca se hace bueno el refrán :   No hay mala montura sino malos moteros, autoflagelados como motoristas.
 
Cuanto nos queda por aprender y disfrutar
 

Una V moteros
Nachete Wolfi
16-05/2006