TEMAS


ARCHIVO


BUSCAR






Print
Acción en Extinción
25 Diciembre 2012


../blog/php/IMG537.jpg

La configuración actual de Cassandra tiene ya más de 30 años y hoy atesora más de 2.800 trabajos. Trabajos en los que la mayor parte de sus autores se han dejado prácticamente la piel por regalarnos un poquito de su alma.

 

Hubo un tiempo lejano en el que la única forma de buscar nuevas caminos para el alma era a base de conseguir comprar revistas y visitar luego locales especializados en suministrar por importaciones "paralelas" álbumes de bandas poco (des)conocidas que vendían a precio de casi oro. Pero la verdad es que lo valían. Primero había que saber quienes eran aquellos tipos que editaban un disco en Noruega, Finlandia o cualquier otro país con nombre sugerente y lejano. Luego había que arriesgarse a importarlo a España y ver como dormía en la tienda de discos... esperando que alguien quisiera abrir su alma a la propuesta.

 

Eran los tiempos en los que el rock, metal, heavy o como quieras que le llame a la música aún no estaba en el punto de popularidad que afortunadamente goza hoy, estilo que incluso gana concursos en la tele... Por supuesto que hubo tiempos mucho peores. Tiempos en los que la única fuente de conocimiento eran unos pocos espacios de radio en las únicas emisoras de música que existían entonces. Así forjaron su reputación Mariscal Romero, Juan Pablo Ordúñez (El Pirata), Mariano Muniesa...  Eran los tiempos en los que reconozco que de vez en cuando "sintonizaba" tratando de conocer algo nuevo. Eran los tiempos de las cintas, de los famosos cassetes que pasaban de mano en mano quemando doble pletinas y gracias a los cuales mi oido aprendió a no seguir lo que ponía la radio fórmula, de los boletines de venta por catálogo de cassetes y vinilos que de vez en cuando caian en mis manos. 

 


Luego unos centenares de pesetas permitían comprar cassetes de 2ª mano... (Club de los Amigos del Disco) y el universo por conocer era enorme... pero las herramientas pocas. Habia que esperar. 

 

Pero luego me hice mayor. Y el CD inundó los mercados. Y la compra "impulsiva" llegó casi con él. Madrid Rock, DiscoPlay (el primero en apostar a lo bestía por el CD en su enorme tienda de Plaza de España, si, lo que hoy es la sala con nombre de peluquero...), Discos Melocotón, La Gramola y cómo no... Sun Records, el más especializado de todos.

 

 

 

 

Nuestra Musica

 

Y trataba de que sólo fuera a primeros de mes... pero siempre había algo que me llamaba la atención. Además, no se el por qué... pero entonces siempre terminaba vagabundeando por el centro de Madrid...

 

Y mucho más tarde apareció la FNAC. Y la compradiscos adicción se multiplicó. Después llegó Europa y el café pasó a valer un euro. Y los discos 24€. Cuando no hacía mucho pagábamos menos de la mitad... y ya era una pasta.

 

Pero supongo que a eso se refieren cuando hablan de vivir por encima de "las posibilidades". Daba igual. Era mi momento. Y lo necesitaba. Estaba hambriento de sentir. Quería conocer. Quería llorar. Vibrar. Alimenté una nueva adicción.

 

Y Cassandra fue creciendo. Así y con las frías estadísticas en la mano en el año 1994 compré 21 CDs. Que pasaron a ser 59 en el '98 y 231 en el 2003. Muchos me direis que forma más tonta de tirar el dinero que ya estaba inventado Napster y luego las burras y las mulas. Pero yo quería el disco. Necesitaba tocarlo. Me volvía loco el ritual de ir a comprarlo. Decidir si me lo llevaba a casa o no. Estudiarlo durante días. Escucharlo y escucharlo. Leer el libreto. Oler el libreto. Viajes fugaces a Madrid con la recien estrenada nave Altair que duraban casi horas de decisión dentro de una tienda para saber si aquello formaría parte de mi vida o no.


De aquellas visitas que llegaron a veces a convertirse en semanales sólo mantengo ya una visita anual. Tiene lugar durante estas fechas de invierno, desenfreno de consumo y tristemente convencionalismos sociales. En realidad he tratado de convertirlo en una tradición. Un poco del yo que fuí que se resiste a desaparecer.

 

 


 

 

Diciembre 2012. La "anciana" Altair recorre los 40 kilómetros que me separan del centro de Madrid con la misma precisión que el primer día. Mis rodillas se duelen. No hace el frio de otros años. Pero debe ser que mis rodillas no olvidan el frío de otros años. Ha sido un año muy malo. Muy malo para todo. Y aunque no nos podemos quejar y en secreto doy gracias a Dios porque creo que somos unos privilegiados hemos visto las orejas al lobo. Hemos olido el aliento al lobo. Y no huele nada bien.

 

Aún así, la necesidad de desaparecer un rato de casa se convierte en la excusa perfecta para retomar el hábito. El hábito de buscar canta almas. Me repito que no pasa nada. Un paseo en solitario por el centro. Como antes. ¿Habrán aguantado la crisis las tiendas de discos? El año pasado ya eché en falta alguna... pero ¿quien habrá aguantado después de este año de catastrofe?

  

Altair en Madrid 2012


La plaza de Callao está a tope. El cielo está azul. Un suave y aterciopelado sol no calienta lo suficiente. Mis rodillas crujen mientras me alejo de mi elegante scooter que queda escondido entre otros más grandes y nuevos (¿por qué no hay casi motos viejas?, ¿son ricos todos los que van en moto?).

 

Camino entre la gente buscando las huellas del camino que hace años era fácil encontrar. ¡Todo ha cambiado tanto!. Decido empezar por la Metralleta. Los hipiorros de siempre siguen en la puerta. ¿Cómo es posible que esta panda lleve más de 10 años ocupando y viviendo de la plaza de las Descalzas sin haberse peleado una sóla vez con las autorizaciones del Ayuntamiento de Madrid?. Bajo las escaleras. 

 

Ya no huele igual. Hace años aún olía a una mezcla de tubo de escape de coche, parking, local cerrado. olores que nunca llegaban a ser callados a pesar del "grito" del olor de algún personaje busca discos. 

 

 

Han desaparecido los tak-tak-tak que acompañaban la sala mientras la gente iba pasando CDs tras CDs en busca de nunca he sabido qué se podía buscar a esa velocidad. A pesar de que las paredes siguen tapizadas por filas de CDs, apenas hay hoy CDs en los muebles que inventan el recorrido de la tienda. Esas paredes antes tenían casettes y veo a un sin hacer yo recorriendo el pasillo mirando portadas. Me repito. Hago lo mismo. 

 

Entonces, las portadas eran nuevas. Prometían narrar mi sentir. Prometían llenar el vacio que sentía y quería llenar. Prometían todo. Y no prometían nada porque no podía comprarlas. 

 

Discos la Metralleta 2008

Las portadas siguen prometiendo pero hoy no las creo. Conozco a la mayoría y las que no he llegado a conocer... creo que nunca lo haré. Bien porqué ya he oido de ellas. Bien porque he leido de ellas. Bien porque no pueden engañarme con sus promesas. 

 

Me entran ganas de llorar. Quiero recordar al inocente yo cuando caminaba por ese mismo local y todas las portadas me llamaban la atención.  La etiqueta con el precio me llama hoy mucho la atención. Mucho más que entonces. Entonces el precio era el único camino para el nuevo latido. Era la tasa que había que cumplir.  

 

¡Que inocente fuí!. Cómo no me dí cuenta. 

 

Dinero por el latido. Una maquina monstruosa que vive de multiplicar el precio por ¿cuanto?. Veo discos sacados de lotes rechazados por grandes tiendas de discos. Muchos están etiquetados por la FNAC con su mandamiento del precio mínimo garantizado... pero el precio que indican es el doble que al que se están vendiendo aquí ahora. Y en algunos casos a menos de la cuarta parte de lo que yo pagué por el mismo disco hace 6 o 7 años. ¿Acaso no podría tildarse esto de digamos... especulación discográfica?. Un negocio mantenido durante decenas de años y que cuyo vetusto sistema aún otros pretenden mantener.

 

Oferta y demanda dirán... ley del mercado. Lo curioso es que los que defienden a los inmovilicionistas son los que bombardean una y otra vez con el famoso reventón de la burbuja inmobiliaria. Burbuja que hizo que mi casa me costara  mucho más de lo que hoy me dan por ella.

 

Blaze Bayle me sonríe desde la portada de su album en directo. Yo pagué 19,95 eurazos por este album que hoy me ofrecen aquí a 6. Nuevo. Sin desprecintar. Supongo que ya no canta igual.

 

El tak-tak-tak ya no suena. Pero por el local siguen desfilando en igual número los extraños moradores del disco. Veo que han sustituido todas las pilas de CDs por montañas de viejos vinilos. ¿Dónde han estado durante estos años?. ¿Dónde durmieron todos ellos mientras nos vendían la fiebre del CD, la remasterización y republicación?. ¿Qué les ha hecho volver?. ¿Qué ha pasado para esta nueva fiebre buscando el sonido vinilo? ¿Quién y por qué ha despertado toda esta fiebre de los rangos dinámicos de las ondas sonoras?

 

¿Pero no era el sonido digital lo mejor?. ¿No será que con esto se han inventado una nueva burbuja que nos devolverá... a las portadas de mayor tamaño?.

 

Y si hacen esto con la música. ¿Qué no haran con el resto? ¿Cómo podemos no pensar que cuando nos "lloran" con las medidas anti-piratería necesarías (según dicen) para preservar la cultura (o será "su" cultura de hacer dinero) nos están engañando (otra vez más)?

 

 


publicado por a las 19:36 del en Política




tu nombre*

correo electronico*

comentarios*
You may use these HTML tags:<p> <u> <i> <b> <strong> <del> <code> <hr> <em> <ul> <li> <ol> <span> <div> <a> <img>

validador*
 
nota



SOBRE EL BLOG

Aqui podrás encontrar un poco de todo. No es un blog al uso y no nos podemos limitar solo a unos temas... tenemos tantas cosas que decir... y nos callamos tan poco!. Leedlo como si de una charla en un bar se tratara y por supuesto siempre que querais dejar unas lineas por aqui. ¡Que bueno es el debate!

¿QUIENES SOMOS?

Si quieres saber más de nosotros sigue este enlace

ULTIMAS ENTRADAS

-30 Marzo 2015
-03 Junio 2013
-25 Diciembre 2012
-23 Septiembre 2012
-18 Junio 2012
-22 Abril 2012
-05 Febrero 2012
-12 Diciembre 2011
-11 Diciembre 2011
-10 Agosto 2011

FACEBOOK



ULTIMOS COMENTARIOS

-28 Enero 2014
-08 Febrero 2013
-04 Febrero 2013
-02 Noviembre 2012

TAMBIEN LEEMOS