Lo intuíamos. Nos lo habían dicho. Por eso la noticia no sembró en nosotros desconcierto o temor.

Nos falta un tornillo. Tenemos una tara. Estamos mal de la chaveta. Lo nuestro no es normal.

Nuestro pesar nos hizo refugiarnos y buscar otros como nosotros. La buena noticia es que los hemos encontrado.

No somos muchos... pero 50 Urales es algo que se siente.

Máquinas llegadas de toda Europa se reunieron en Toledo tras la llamada del club portugués Amigos do Ural.

Conocimos a gente de toda índole y condición, que como nosotros, no tienen miedo a conducir un vehículo irracional y disfrutar con él cada uno de sus momentos.

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Si quieres conocer un poco más de estas máquinas, te recomendamos la página: Territorio-Ural (¡Cuidado!: estas máquinas son adictivas!!!)